lunes, 9 de marzo de 2015

El agua, la última frontera de la privatización

(FOTO: Freepik)



@escupeletras


Hace un par de años, Peter Brabeck-Letmathe, presidente del grupo Nestlé, realizó unas declaraciones en las que abogaba por la privatización del agua. El CEO de la compañía de alimentos más grande del mundo con ingresos por más de 100 mil millones de dólares anuales y la principal comercializadora de agua purificada en el planeta, manifestó que el hecho de que el agua sea considerada un derecho humano es una postura “extrema”.


 “Es una cuestión de si deberíamos privatizar el suministro de agua para la población. Una postura que nosotros consideramos extrema está representada por las organizaciones no gubernamentales que defienden que el agua es un derecho público, eso significa que como ser humano tienes derecho al agua. Esto es una visión extrema. Y luego está la otra visión que dice que el agua es un alimento como cualquier otro, y como producto alimenticio debe tener un valor de mercado. Personalmente creo que es mejor darle al alimento un valor para que todos estemos conscientes que tiene un precio, de manera que se tomen las medidas necesarias para la población que no tiene acceso al agua”



A partir del minuto 2:15, Peter Brabeck-Letmathe aboga por la privatización del agua. (VIDEO: Especial)


Brabeck-Letmathe justificó que la percepción de que el agua es gratuita hace que la gente no le dé el valor que tiene y se malgaste, por lo que la administración del agua debe entregarse al control privado. Para él no son suficientes los notables efectos de las campañas de concientización ciudadana sobre la importancia del cuidado del agua ni el hecho de que una gran parte de la población corre el riesgo de no poder pagar el costo del agua establecido bajo criterios empresariales que siempre buscarán el negocio, no el bienestar de la población en general. Mucho menos toma en cuenta que las grandes multinacionales como la que él encabeza son las que más contaminan y sobreexplotan los mantos acuíferos.


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El caso de la “Guerra del Agua” en Bolivia debe servirnos de ejemplo. En 1999, la multinacional estadounidense Bechtel (impulsada por el Banco Mundial), la empresa también norteamericana Edison y la española Abengoa firmaron un contrato con el entonces presidente Hugo Bezner, para privatizar el servicio de agua en Cochabamba. No tardó el incremento de tarifas que llegó a sobrepasar el 50%; el agua escaseaba y pocos podían pagarla. Los habitantes de Cochabamba literalmente tenían que elegir entre comprar alimentos o agua. En el 2000 vinieron múltiples protestas que costaron más de 170 heridos y al menos cuatro muertos. Tras la presión social, el gobierno desistió de la privatización y derogó el acuerdo en abril del 2000. Bechtel inició un proceso legal contra el gobierno de Bolivia, reclamando indemnizaciones por daños por valor de 25 millones de dólares, demanda que declinaron por las incansables protestas. Casos similares ocurrieron, ocurren, en Tanzania, Armenia, Ghana y Sudáfrica, en varias regiones de América Latina y Europa. Eso pasa cuando un recurso vital se convierte mercancía, en un objeto de negocio de unos cuantos: se restringe, escasea, se encarece. Y luego el caos.

Por eso es que en el agua es mayoritariamente pública en Europa (con las excepciones del Reino Unido y, cada vez más, España y Portugal), por eso es que incluso en Estados Unidos, donde están tan acostumbrados a priorizar lo privado sobre lo público, han fracasado los intentos privatizadores del agua, por eso es que en Holanda es ilegal tan sólo el hecho de intentar privatizarla.

Pero los intentos privatizadores no cesan en todo el mundo y en todo el mundo se trata de los mismos promotores. En 1990, el su consumo diario de agua de 91 millones de personas dependía de empresas privadas; hoy en día el consumo diario de agua de más de 460 millones de personas en el mundo depende de empresas privadas debido a las políticas de privatización promovidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

En tanto, actualmente hay más de 768 millones de personas que carecen de acceso al agua potable en el mundo y mil 400 niños menores de cinco años mueren diariamente de enfermedades diarreicas relacionadas con esta carencia.

Dicen que las guerras del futuro serán por el control del agua. Ese camino pasa también por el fenómeno de la privatización.

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El 4 de marzo pasado, los diputados del PRI, PAN, Verde y Panal aprobaron en comisiones la nueva Ley General de Aguas, un plan más del peñismo para continuar despojando a la nación de sus recursos para favorecer a los grandes corporativos privados.
Ampliando la influencia particular sobre el recurso que se ha venido fortaleciendo desde los 1990 a base de golpes reformistas, el documento presenta una larga lista de abusos que busca convertir en ley: da manga ancha a las empresas privadas para fortalecer su control sobre los sistemas hidráulicos en el país a través del financiamiento, construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura, blinda las decisiones sobre el recurso para que la ciudadanía no tenga voz ni voto, privilegia la industria del fracking y el trasvase con todos los riesgos ecológicos y desigualdades sociales que conlleva y limita el consumo personal diario a 50 litros máximo cuando ya hay una jurisprudencia que dicta que se requieren entre 50 y 100 por persona. En pocas palabras, la llamada “Ley Korenfeld” casi termina de entregar el control del agua a las manos de un puñado de empresarios y se la arrebata al pueblo.


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Desde hace 30 años, periodo en el que los gobiernos federales en México tomaron la ruta del neoliberalismo económico, las instituciones públicas se han debilitado paulatina, pero constantemente, cediendo recursos y facultades a la incitativa privada. En el sexenio de 1988-1994 ocurrió la mayor temporada de privatizaciones y hoy el peñismo ha venido a completar lo que dejó pendiente el salinato. En menos de tres años se han aprobado reformas en la misma dirección privatizadora en sectores estratégicos como el energético y el de telecomunicaciones.

Estas legislaciones siguen con fidelidad las bases del capitalismo neoliberal, privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, colocar el control de los recursos en las manos de un puñado de grandes empresarios, excluir a la ciudadanía de la toma de decisiones y hacer de todos los recursos y servicios un negocio de élites sin importar que en el intento se pase encima de los derechos humanos, la soberanía nacional y la justicia social.   

Igual que en las reformas anteriores, la nueva Ley General de Aguas parece tener dedicatorias precisas. Como traje a la medida, la propuesta encaja a la perfección a las necesidades de las empresas energéticas interesadas en la extracción, de constructoras como la consentida Grupo Higa y de las compañías como Coca-Cola y Nestlé, siempre sedientas, ansiosas por el control de los cuerpos de agua en todo el mundo.

En México hay 22 millones de personas sin acceso al agua potable (alrededor de 9 millones no tienen acceso a agua entubada y otros 13 millones reciben el líquido contaminado). Con estas cifras es completamente inaceptable siquiera hablar de la posibilidad de una privatización que aumentaría estas condiciones de exclusión y escasez.    

Al gobierno federal y sus aliados se les olvida que el acceso al agua es un derecho humano, que es imprescindible para la supervivencia humana y el desarrollo social, que es un recurso renovable pero limitado que debe socializarse y sobre el cual debe anteponerse el acceso universal y manejo sustentable al negocio de unos cuantos.


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Antes que reforzar la autonomía operativa y financiera de los órganos públicos existentes, antes que fomentar la participación ciudadana y la procuración de la sustentabilidad ecológica, antes que priorizar la cobertura universal en el acceso al agua, la actual administración ha preferido seguir cediendo a las exigencias de las cúpulas empresariales, privilegiando lo privado sobre lo público. De nada sirve que las instituciones se queden con el membrete de su nombre público, si el control y usufructo de estas instituciones es particular.

Ya privatizados la mayoría de los recursos estratégicos del país, ya entregadas las minas, gran parte del campo, el gas y el petróleo, la última frontera es el agua. No les ha bastado colocar la mayoría de los sectores en los bolsillos privados, los gobernantes y legisladores están demostrando que pueden caer aún más bajo, hasta el mero fondo, privatizando hasta el líquido de la vida.

Dice el refrán popular que a nadie se le niega un vaso con agua. Eso es precisamente lo que están haciendo, negar uno de los derechos básicos, restringiéndolo a gusto y capricho del capital para hacer negocios.

Y así es como los diputados podrían aprobar una Ley General de Agua a todas luces anticonstitucional, privatizadora, excluyente e injusta; una ley que parece dictada por el mismísimo Peter Brabeck-Letmathe, una ley que convierte la necesidad en un lujo y el derecho humano en un privilegio.

Ya sólo faltará que nos privaticen el aire.



REFERENCIAS Y TEXTOS RELACIONADOS:

- (VIDEO) Abuela grillo. 
Una animación que hace un bello homenaje a las y los habitantes de Bolivia en su lucha contra la privatización del agua.





-Presidente de Nestlé propone privatizar toda el agua del planeta:

- PRI, PAN y Verde dan sí a dictamen que privatiza agua:

-Dictamen de la Ley General de Aguas aprobado por el PRI, PAN y Verde en comisiones:

- Estos son los puntos polémicos de la Ley General de Aguas:

- Astillero: Siguiente negocio: el agua

-Aguas con la ley de aguas, artículo de Alberto Cerdán:

-Página de la organización Agua Para Todos:

-Aguas con la Ley de Aguas, de Agua Para Todos:

- ¿Qué busca la Ley de Aguas de Korenfeld?

-Ayúdanos a construir el Bueno Gobierno del Agua:

- ¿Qué propone la Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas?

-La Guerra del Agua en Cochabamba. Crónica de una vitoria dolorosa

- La Guerra del Agua (Cochabamba, Bolivia, abril 2000)

- El agua de México, botín de empresas privadas, denuncian ante el Tribunal Permanente de los Pueblos

-El fracaso de la privatización del agua en los Estados Unidos

-Ghana. La batalla por el agua.

-La lucha contra la privatización del agua en Sudáfrica

-Desvergüenzas políticas en la privatización del agua.

-La privatización y mercantilización de las aguas: Normas y regulaciones que rigen al sector sanitario. Dificultades y desafíos.

-El Banco Mundial y la privatización del agua: El dinero público se va por el desagüe

-El oro azul. La crisis mundial del agua y la reificación de los recursos hídricos del planeta.

-El plan de privatización del agua de Argentina se seca  

-El Libre Comercio y la Privatización de los Servicios Básicos. Privatización del Agua en Colombia: Impactos en mujeres, niñas,  niños, y familias.


-Más de 750 millones de personas sin acceso al agua potable en el mundo

-Sin acceso a agua potable 22 millones de mexicanos