sábado, 14 de diciembre de 2013

Los apurados héroes de la patria fiestera



CRÓNICA

13 de diciembre de 2013
Pachuca, Hidalgo

El dictamen de la Reforma Energética llegó al Congreso de Hidalgo justo al día siguiente de su aprobación en el Congreso de la Unión. La orden desde arriba era clara: aprobar en el menor tiempo posible la apertura de Pemex al capital privado. Pero no sería fácil, los legisladores hidalguenses tuvieron que enfrentarse a una serie de pruebas para cumplir el encargo


Por Gustavo Godínez
twitter: @escupeletras


El dictamen de la Reforma Energética llegó al Congreso de Hidalgo justo al día siguiente de su aprobación en el Congreso de la Unión. La orden desde arriba era clara: aprobar en el menor tiempo posible la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado. Pero no sería fácil, los heroicos legisladores hidalguenses tuvieron que enfrentarse a una serie de pruebas para cumplir el encargo.

Nadie lo esperaba tan pronto, ni siquiera los diputados, pero los de arriba ya tenían sus compromisos y los quieren cumplir rápido antes de que algo pueda perturbar el curso que han definido.  El tiempo apremia.

Por la tarde, los rumores de que el dictamen energético había llegado al estado corrían en los pasillos del Congreso local y entre los medios de comunicación. Y llegó la orden, habría sesión extraordinaria a las 18:00 horas para aprobar el documento en un solo jalón.

La noticia no tardó en llegar a los oídos de los opositores, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Hidalgo movilizó a sus militantes para protestar frente a la máxima tribuna de la entidad.
Antes de la hora marcada por la convocatoria, los integrantes de Morena y ciudadanos sin militancia que están en contra de la Reforma Energética se dieron cita en las afueras del Congreso, rodeándolo y bloqueando todos sus accesos.

La inesperada premura tomó por sorpresa a muchos de los diputados, que no pudieron llegar antes que el cerco de la oposición afuera del Congreso. Con piedras, tubos y palos, los manifestantes golpeaban la reja perimetral provocando un estruendo similar al de un campanario. Del otro lado de la reja, la policía estatal ya había sellado los accesos. Nadie podía entrar ni salir.
Una treintena de patrullas estaba pendiente afuera, rodeando a su vez a la manifestación. El clima tenso.


Morena Hidalgo se manifestó en contra de la aprobación de la Reforma Energética. Con piedras, tubos y palos, los manifestantes golpeaban la reja perimetral provocando un estruendo similar al de un campanario. 


Del otro lado de la reja, la policía estatal selló los accesos. Nadie podía entrar ni salir.

Como se había hecho ya en Querétaro y Veracruz, la intención inicial en Hidalgo era aprobar la reforma en unos cuantos minutos, pero el retraso de los diputados ante la inesperada sesión impidió el quórum requerido para un fast track más grosero.



Como se había hecho ya en Querétaro y Veracruz, la intención inicial en Hidalgo era aprobar la reforma en unos cuantos minutos, pero el retraso de los diputados ante la inesperada sesión impidió el quórum requerido para un fast track más grosero.


Y cómo batallaron algunos diputados para entrar.

Los juzgados y las instalaciones de Radio y Televisión de Hidalgo, edificios adjuntos al Congreso local, sirvieron de refugio y de plataforma de salto para los legisladores. En medio de la noche, como todos unos cacos profesionales, algunos diputados saltaron la barda perimetral para entrar al Congreso, otros rompieron una ventana del juzgado que da a la explanada de la sede del Legislativo y otros más entraron en autos de la policía en medio de los gritos de los inconformes. 

Las protestas de miembros de Morena terminaron en corretiza. El diputado verde Antonio Chávez Barraza entró despavorido y pidiendo auxilio en los estudios de la radio estatal, huyendo de los manifestantes, que al reconocerlo emprendieron la persecución. Pero eso no lo iba a detener, Chávez Barraza mostró sus dotes en el arte del escapismo y el camuflaje. Cual camaleón, cambió en segundos de apariencia, el legislador salió de los estudios portando una chamarra del staff de Radio y Televisión de Hidalgo, tratando de despistar a los inconformes. Pero el camaleón no sólo cambió de apariencia, también de nombre, Chávez ahora decía llamarse “Epigmenio”. El camaleón cambió hasta de ocupación, “Epigmenio” se negó a sí mismo tres veces como diputado. ‘¿Diputado yo? ¡Qué va! Yo solamente iba pasando por aquí’. Tuvo que llegar el secretario de Seguridad Pública estatal, Alfredo Ahedo Mayorga, acompañado de un puñado de policías estatales, para rescatar al camaleón Epigmenio.

Para otros diputados su fin de semana largo ya había iniciado. Total, ya era viernes y los tragos no podían faltar... hasta que una inesperada convocatoria les aguó la fiesta, tan inesperada que los tragos ya llevaban un buen rato de haber iniciado y, pues, ni modo los tuvieron que interrumpir. La patria no podía esperar a que la fiesta terminara, todo héroe nacional tiene que hacer sacrificios. Así les pasó a los próceres priistas José Juan Viggiano Austria y Omar Zerón Flores, y al no menos heroico panista Juan Carlos Robles, quienes interrumpieron su fiesta en un esfuerzo de antología.

Viggiano Austria también huyó de los manifestantes y se refugió en las instalaciones de Radio y Televisión de Hidalgo hasta que Ahedo Mayorga acudió en su rescate. Entre gritos como “¡te emborracharon para que aprobaras la reforma!” y “¡Traidor Vendepatrias!”, el legislador tricolor salió escoltado por policías, pero, agradecido con el reconocimiento del público, respondió el gesto con una muy educada señal manual: *güevos*.

Ya en el pleno, la lectura del dictamen estaba en curso con los diputados que iban llegando. El ruido de las protestas acompañó como fondo musical toda la sesión. Consignas y golpes de metal amenizaron el discurso mientras los priistas no paraban de enlistar las enormes ventajas que según ellos tiene el dejar que empresas privadas extranjeras obtengan ganancias de un recurso público como el petróleo.

Pero bueno, no hay por qué ser tan serios, tal vez pensaron, una reforma constitucional no es tan importante, no hay por qué tomarla tan en serio. La fiesta no tiene por qué terminar. Mientras el dictamen era leído, los tricolores Javier Amador de la Fuente, Miguel Ángel Romero Olivares y hasta el presidente de la Junta de Gobierno, José Ernesto Gil Elorduy, chacoteaban alegres, entre risa y risa se fueron pasando los minutos.
“El petróleo y las energías no se venden ni se privatizan, se fortalecen”, insistió Romero Olivares.


Mientras el dictamen era leído, los tricolores Javier Amador de la Fuente, Miguel Ángel Romero Olivares y hasta el presidente de la Junta de Gobierno, José Ernesto Gil Elorduy, chacoteaban alegres, entre risa y risa se fueron pasando los minutos.


Lo actos de heroísmo no terminaban. Viggiano Austria y Zerón Flores lucharon como fieras en contra del mareo y el sueño etílico. Aunque a veces cabeceaban en su curul, permanecieron despiertos contra todo pronóstico. Zerón no paraba de tomar agua y de ir al baño, mientras Viggiano hacía muecas como rogando que todo terminara más rápido de lo que se les había ordenado. Su ‘perfume’ no tardó en impregnar el lugar. Un olor a alcohol había invadido el pleno. 
Tocó el turno del perredista Luciano Cornejo Barrera para dar su posicionamiento. “No deja de haber políticos hijos de...Victoriano Huerta y Porfirio Diaz”, dijo Cornejo en rechazo a la reforma.

“Algunos compañeros que están aquí fueron sacados de los bares de Pachuca”, señaló después. Al cerrar su discurso, sacó de su bolsillo una pequeña figura de una mano de plástico que hacía la seña del dedo de en medio y al mostrárselo a la mayoría priista les dijo sobre las promesas de Peña Nieto: “aquí tienen sus disminución en los precios de los combustibles, aquí tienen su refinería”. Al bajar de la tribuna, Cornejo se careó con Romero Olivares, cruzaron albures apropósito de la figura que mostró el perredista. “Siéntate”, se dijeron.


Al cerrar su discurso, el perredista Luciano Cornejo sacó de su bolsillo una pequeña figura de una mano de plástico que hacía la seña del dedo de en medio y al mostrárselo a la mayoría priista les dijo sobre las promesas de Peña Nieto: “aquí tienen sus disminución en los precios de los combustibles, aquí tienen su refinería”.


Llegó el momento de la votación. Bastó la mayoría priista escoltada por el panismo para consumar el planchado de la reforma en el estado con 22 votos a favor y 7 en contra del perredismo acompañado inesperadamente por la fracción del Panal. Tal vez por estar acostumbrada al tradicional mayoriteo priista en el estado, Gloria Hernández Madrid anunció que se había votado de forma “unánime” a favor de la propuesta, ante las expresiones de desconcierto de los legisladores. Un error lo comente cualquiera. De cualquier modo, el prianismo festejaba. Risas, abrazos, felicitaciones, algarabía.
Al terminar la sesión, uno de los reporteros soltó un “échale coca” para el diputado Zerón Flores, quien con su vista nublada buscó al emisor sin éxito.

Era de dudarse que en tan poco tiempo los diputados hubieran leído, menos analizado, lo que habían aprobado, más aún si se toma en cuenta que el dictamen fue enviado ese mismo día, que no sabían siquiera que habría sesión y que algunos venían de una fiesta bien encarrerados. Pero eso poco importaba. Ellos se rifaron como los grandes y aprobaron el documento a ciegas. Así se las gastan. Así el nivel.

Gil Elorduy atendió a la prensa. Negó lo evidente, que la votación se tratara de un fast track. Aseguró que el priismo se siente orgulloso de esta reforma, insistió en que no traiciona a su pasado cardenista y sostuvo que a México le depara un futuro de miel sobre hojuelas.

Todo estaba aprobado como se había ordenado. Afuera, Morena seguía manifestándose pacíficamente, mientras los diputados huían en camionetas de la policía. “Con el pueblo muy cabrones, con el narco maricones”, gritaban los manifestantes a los uniformados que ayudaban a salir a los legisladores.

Y así, orgullosos y contentos, los apurados héroes de la patria fiestera habían cumplido con el encargo. Después de todo, la energía no se crea ni se destruye, sólo cambia de manos.




Fotos: Gustavo Godínez

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